En los últimos años todos tenemos la sensación de que resulta más difícil que nunca acceder a la compra de una vivienda. En la actual situación de inestabilidad económica y de precariedad laboral, el mercado inmobiliario está en estado de shock. Últimamente las viviendas que se construyen constituyen casi la excepción y de lo ya construido poco es lo que se compra o se vende.
Sin embargo, por poco movimiento que haya en el mercado algo hay, como es lógico, porque la crisis nos afecta de manera desigual y afortunadamente sigue habiendo gente que trabaja y que, mal que bien, puede afrontar el enorme compromiso que constituye una hipoteca. Esperemos que la situación mejore y que todos los que necesitan una vivienda puedan tener acceso a ella cuanto antes. Mientras tanto, ahí van unos consejos muy personales para aquellos que puedan y quieran comprar ahora una vivienda. Insisto, son recomendaciones subjetivas, pero están basadas en mi experiencia profesional y personal desde hace ya unos cuantos años. En todo caso, por si te sirve de orientación, son las que yo mismo seguiría.
Si te lo puedes permitir, no compres nunca sobre plano, compra algo que esté construido. Es evidente que te saldrá más caro (bastante más caro), pero es la única forma de asegurarte de que tu compra coincide con la realidad. Pero ojo, he dicho si te lo puedes permitir y soy consciente de que eso no es precisamente fácil.
También en el caso de que esté a tu alcance, intenta comprar tu vivienda en un edificio de reciente construcción o totalmente rehabilitado. Por muchas reformas que hagas en tu vivienda, si el edificio está viejo esta circunstancia te afectará negativamente (instalaciones generales obsoletas, mal estado de los elementos exteriores…). Esto se puede traducir en fuertes derramas, en baja calidad de vida o lo que es peor, en ambas cosas.
Intenta que ciertas instalaciones sean individuales. Es conveniente que el agua caliente sanitaria, el aire acondicionado y la calefacción no sean comunes. Muy especialmente te recomiendo que te preocupes de las dos últimas o correrás el riesgo de que las decisiones comunitarias relativas a los horarios de uso de estas instalaciones te conduzcan quizás a asfixiarte en verano o a helarte en invierno. E incluso a lo contrario, que también puede pasar.
A la hora de comprar, negocia el precio del vendedor y apuesta fuerte a la baja. Ten en cuenta que a pesar del estallido de la burbuja los precios de venta de viviendas siguen siendo en general muy elevados y todavía están muy por encima de su valor real, el cual es independiente del precio al que en su momento comprara tu vendedor. Y es que muchos propietarios siguen anclados en la idea de vender fijando un precio muy por encima de aquél al que ellos compraron o manteniendo éste a pesar de que actualmente ello carezca de sentido. Mi consejo, por tanto, es que sin dejar de mostrar tu interés hagas tú al vendedor una contraoferta inteligente. Si ésta es razonable y aquél vive en el mundo real (lo que no siempre ocurre, lamentablemente), es bastante probable que termine aceptándola.
Compra tu vivienda en una promoción que tenga un alto nivel de ocupación, es decir, que éste se aproxime lo más posible al 100%. De lo contrario, te arriesgarás no sólo a vivir en un edificio o en una urbanización fantasma sino, sobre todo, a tener que hacer frente a unos gastos desproporcionados o a prescindir de aquellos servicios que decida la promotora, propietaria temporal de las viviendas no ocupadas pero generadoras de gastos.
Bueno, ya te avisé de que eran unas recomendaciones muy personales, pero a pesar de todo espero que te sean de utilidad. Y si no, ya sabes, no tienes más que olvidarlas…
LEVIN Arquitectura - Acercamos la arquitectura al cliente
Arriba
Dejar un comentario