Hace unos días comentábamos la conveniencia de contar con el apoyo de un técnico, no sólo en aquellos casos en los que somos necesarios por imperativo legal, sino también y sobre todo en muchos otros en los que nuestra labor puede ser igualmente efectiva y cuyos resultados sin duda harán que puedas valorarla mejor.
Es obvio que los técnicos debemos, o al menos deberíamos, aportar calidad, seguridad y estética a los proyectos que afrontamos. Sin embargo, no todo el mundo tiene claro el papel económico que podemos jugar mediante el ahorro de costes y que éste es aplicable a la mayoría de las tareas en las que desarrollamos nuestra actividad.
Sin pretender ser exhaustivo, te voy a poner unos cuantos ejemplos en los que un técnico puede aplicar el ahorro de costes:
Podría citarte muchos más casos que quizás no te hayas planteado. ¿Has pensado que quizás un arquitecto o un aparejador también podrían ayudarte a comprar una vivienda? Si te preocupa conocer la calidad de lo que compras y si es razonable lo que vas a pagar nadie te lo va a decir mejor. No olvides que nosotros somos independientes y eso significa que velamos por tu beneficio y que no tenemos más interés que tu satisfacción. No es que seamos más buenos que nadie, pero es que nuestros honorarios van a ser los mismos sea cual sea tu decisión. ¿Piensas que el agente inmobiliario que te quiere vender la casa actúa con los mismos criterios? Teniendo en cuenta que depende de una comisión, es obvio que no.
También es posible por ejemplo que quieras reformar tu vivienda. Sí, ya sé que en muchos casos quizá pienses que no te hace falta un técnico (aunque te aseguro que nunca sobra) pero ¿te sientes capaz de reorganizar la casa y sacar una habitación de Dios sabe dónde para alojar a esos preciosos gemelitos con los que no contabas? Bueno, quizá los técnicos no seamos tan malos después de todo, ¿no?
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